EUROPA
PRESS
23 octubre
2021
Estas
son las señales de que quizás te estés pasando con el deporte
Hay personas muy enfrascadas en su
cuidado personal y por ejemplo el tema del entrenamiento lo llevan hasta el
extremo sin darse cuenta. Eso sí, es importante saber que el exceso de
entrenamiento puede ser perjudicial para la salud, al no descansar lo necesario
para recuperarnos del esfuerzo. Veamos aquí las claves.
Para ello nos ayuda en una entrevista con Infosalus el doctor Christophe Ramírez Parenteau,
médico especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, y director
médico de la Clínica HLA Dr. Sanz Vázquez (Guadalajara).
Según indica, para poder reconocer qué significa un exceso
de entrenamiento en primer lugar define qué es entrenamiento: "Acción de
preparase para un esfuerzo que inicialmente no podemos realizar, al menos en la
duración o intensidad deseada".
Sostiene el también director de los Servicios Médicos de la
Real Federación Española de Atletismo que, si hablamos de una carrera, por
ejemplo, el objetivo es correr más tiempo y/o más deprisa de lo que podemos
inicialmente; de forma que en el largo plazo la meta del entrenamiento es cada
día correr un poco más y un poco más deprisa.
"El arte del entrenamiento reside en cómo realizar esa
progresión, ya que si no vamos respetando cada etapa puede que, en vez de
acostumbrarnos a correr más y más deprisa, pasemos a acumular cansancio, en
cuyo caso cada vez podremos correr menos tiempo y además más despacio",
advierte.
En concreto, cita que el tiempo necesario para recuperase de
una sesión de entrenamiento varía mucho en función de la carga de trabajo, y
pone el ejemplo de que para una misma persona la carga de trabajo que supone
correr 10 minutos a 10 km/h es mucho menor que si corre una hora a 20 km/h.
"Por ello el tiempo que necesita el organismo para
recuperarse de ese esfuerzo será menor en el primer caso, que en el segundo.
Por otro lado, un deportista entrenado se recupera en menos tiempo que otro
menos entrenado, en el caso que los dos realicen el mismo esfuerzo",
apostilla.
Suponiendo que la persona se somete a un esfuerzo ajustado a
su estado de forma, el tiempo habitual de recuperación está en torno a las 18
horas, con lo que al día siguiente se podría realizar un nuevo esfuerzo,
subraya el doctor Ramírez Parenteau.
Pero ¿hemos estado recuperando durante esas 18 horas?
Sostiene que todo depende de lo que se haya estado haciendo, si se han dormido
nueve horas y otras nueve horas realizado actividades poco intensas, es
probable que sí. Pero si en esas horas ha habido una jornada laboral intensa,
la recuperación ya no es la misma y más si esa jornada laboral ha sido
nocturna. "En ese caso habrá que prolongar más las horas de
recuperación", resalta el experto en Medicina de la Educación Física y el
Deporte.
Síntomas de exceso de entrenamiento
Con todo ello, el director médico de la Clínica HLA Dr. Sanz
Vázquez (Guadalajara) cree que no es tarea fácil el detectar el exceso de
entrenamiento, ya que el objetivo de un buen entrenamiento es acumular el
máximo de cargas de trabajo, llevando el organismo al máximo, pero sin
pasarnos. "Esa frontera entre el entrenamiento máximo y excesivo es una
línea muy fina", avisa.
De forma práctica, si en el entrenamiento se sufre más de lo
que se disfruta, andamos cerca de la frontera, reconoce. Además, menciona que
si el deportista disminuye su rendimiento, duerme mal, está cada vez menos
animado, si se levanta por la mañana muy cansado, si
pierde el apetito, y se muestra apático o agresivo, estas también son señales
de que nos estamos pasando.
"De forma general si nos levantamos al día siguiente
peor que le día anterior es que algo no va bien. Partiendo de la base que
entrenar sin dolor es imposible, un entrenamiento bien realizado debe
componerse de sufrimientos agradables", mantiene el doctor Ramírez.
En las mujeres, por ejemplo, dice que pueden llegar a
producirse cambios en su menstruación si entrenan de manera excesiva.
"Este sobreesfuerzo va a suponer una agresión para el organismo, de forma
que se va a poner en 'modo ahorro' para intentar gastar lo mínimo posible. En
ese caso, lo primero que se ven afectadas son las hormonas, entre otras las
sexuales, encargadas de regular el ciclo menstrual en la mujeres. Por ello uno
de los signos de alarma de entrenamiento excesivo en un cambio en el ritmo
menstrual habitual", precisa.
Eso sí, puntualiza el especialista de HLA que no todas las
alteraciones del ciclo son debidas a un exceso de entrenamiento, otros muchos
factores pueden afectar al ritmo menstrual femenino.
Así con todo, indica que para evitar el exceso de
entrenamiento lo ideal es dejarse asesorar por un profesional que nos oriente
sobre cómo entrenar: "Este profesional deberá diseñar un plan de trabajo
que se adapte a nuestro estado de forma, nuestra edad, nuestro tiempo libre,
nuestro horario laboral, nuestro tipo de trabajo (más o menos físico), nuestra
estructura muscular y sobre todo nuestros objetivos. Realizar un plan de
trabajo que nos diga qué hacer cada día de la semana durante varios meses,
respetando todos estos parámetros, resulta muy complejo y no lo puede realizar
cualquiera".